Jesús resucitado, mi tesoro




Miércoles 27 de julio

Con Jesús por la mañana. El encuentro de los discípulos con Jesús resucitado cambió sus vidas para siempre. A partir de ese momento comprendieron todo. Le entregaron sus vidas y todo fue de otra manera. Volvió el sentido de sus vidas y encontraron el propósito para vivir. Con sus gestos anunciaron que Jesús, su Maestro, había resucitado. El anuncio del Amor de Jesús acabó por ir dejando su huella en todo lo que hicieron. Ofrezco mi día por las intenciones del Papa. ¿Cuál es mi tesoro donde tengo puesto mi corazón? ¿Qué o quién me enamora?

Con Jesús durante el día.  «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo» (Mt 13, 44). Tú sabes dónde está lo que verdaderamente es valioso, ¿por qué malgastas tu tiempo y energía en lo que no te enriquece como persona? Reflexiona en ello. Cuida el tesoro que tienes y deja todo lo demás.

Con Jesús por la noche. Agradezco mi día a Jesús. ¿Es el amor a Jesús y a mis hermanos el motor que mueve mi vida? ¿Amé con gestos a los demás? Pido perdón. Mañana pediré ayuda a Jesús para enamorarme más de Él. Pido para que los pueblos indígenas conozcan y se enamoren de Dios.

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