La Cuaresma, como tiempo que Dios nos ofrece, es un tiempo de gracia y misericordia, de cambio y arreglo, de proyectos e ilusiones; un tiempo de llamada a una tarea apasionante: la de recomponernos nosotros mismos, la de encontrarnos con la profundidad de nuestra persona en toda su dimensión humana y trascendente, la de llenar de sentido nuestra vida implicándonos en la construcción de una nueva sociedad en un mundo nuevo. Y todo eso por pura gracia.
P. Francesc Mulet Ruís

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