Y este es uno de los puntos más importantes de la vida espiritual: desamparar al menor de nuestros hermanos es desamparar a Cristo mismo; aliviar a cualquiera de ellos es aliviar a Cristo en persona. Por eso nos dijo Cristo que todo el bien o el mal que hiciéramos al más pequeño de sus hermanos a Él lo hacíamos. Luego no amar a los que pertenecen o pueden pertenecer a Cristo por la gracia, es no aceptar y no amar al propio Cristo...Por eso Juan nos dice: <<Si no amamos al prójimo a quien vemos ¿cómo podremos amar a Dios a quien no vemos? Si no amamos a Dios en su forma visible, ¿cómo podremos amar a Dios a quien no vemos?>>. Si no amamos a Dios en su forma visible ¿cómo podremos amarlo en sí mismo?.
San Alberto Hurtado 

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