Lo maravilloso de Dios es que nunca está ocupado. Tampoco tiene un despacho cerrado ni una secretaria que lo excusa de no poder atendernos en el día de hoy...
Dios abre sus puertas de par en par para acoger nuestos problemas, nuestros dolores y nuestras alegrías...
Es un Dios presente y activo, que penetra cada palmo de nuestras vidas, tanto en lo sencillo como en lo trascendente.
AMOR, con mayúsculas, es su nombre. Amor es también su ocupación...
@Ale Vallina.

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