Es bueno agradecer a Dios por el día que comienza y todos los regalos que nos trae. También agradecer por todos los dones que ya poseemos…
Ser agradecido es una sana costumbre. Y también es una gracias a pedir…
Porque quien comienza el día dando gracias, reconoce sus limitaciones y sabe que todo lo que ocurre en nuestra vida es un “regalo divino”. Agradecer es recordar tanto bien recibido e intentar ser digno de él. 
Por eso en esta mañana que comienza haz el siguiente ejercicio: Inspira y expira suavemente el aire que penetra en ti, varias veces y con lentitud, mostrándote que estás vivo. Ponte en presencia de Dios y confecciona mentalmente una lista de todo lo que tienes para agradecerle…
Te sorprenderás de lo extensa que es tu maravillosa lista…
Esto lo puedes hacer a los pies de tu cama, mientras manejas tu auto, en tu lugar de trabajo, en el colegio o mientras realizas los quehaceres hogareños.
Ser agradecido te sitúa en el verdadero lugar que ocupas. Como decía San Ignacio: somos “criaturas” y tenemos un “Creador”…
Pide esta gracia con insistencia y tu mirada cambiará para bien…
@Ale Vallina

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